Si hay una definición gráfica de mala suerte, o mala puntería, probablemente sea la de este ladrón. Ocurrió en Av. Roca, partido de Hurlingham, provincia de Buenos Aires. Un ladrón entró a robar a un kiosko, y se trató nada más ni nada menos que de un kiosko inteligente.
El problema es que pasó mucho tiempo hasta que se dio cuenta de que se trataba de un kiosko inteligente. Y cuando lo hizo su reacción se volvió viral. Todo comenzó con el ladrón exigiéndole a la empleada que le entregara algo.
Al principio la empleada no entiende lo que él quiere. Y él tampoco entiende lo que la empleada le está respondiendo, quien le explica que el Pago Fácil no funcionaba. Pero cuando la empleada se dio cuenta de que se trataba de un intento de robo se lo tomó con mucho humor.
Sucede que se encontraba a distancia, remoto. Se trata de un kiosko inteligente: todas las opciones de compras, servicios, productos, que ofrece el kiosko se encuentran ofrecidas a través de las máquinas.
Desde otro lugar, un empleado presiona y le ordena a la máquina que le dé al cliente lo que él desea, lo que él pida. Cuando el ladrón se acercó al kiosko pidió todo el dinero, pero… claramente la empleada no se lo dio.
Y cuando notó que se trataba de un intento de robo se lo tomó con mucho humor. ¡Pero no así él! Que enseguida se volvió viral por cómo reaccionó. En Argentina, cada vez son más los comercios que adoptan esta modalidad. Así como también la seguridad de los edificios.